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viernes, 15 de julio de 2011

Recuperar el tiempo perdido...

Desde que participé en l0s 101 Km. de Ronda  todo, o casi todo, ha sido un verdadero suplicio, al descanso obligado se le le unió una inoportuna lesión, que me ha mantenido en el dique seco varias semanas sin hacer nada, y muy poco a poco, y no sin poco esfuerzo, estoy recuperando algo de forma, pero solo algo…

Después de “deambular” por Jabalquinto,  Manzaneda, donde la inmensa mayoría me pasaba y sobrepasaba, en la Solidaria, donde me fatigaba hasta cuesta abajo y en Baeza, donde el calor casi acaba conmigo, decido alternar entre bicicleta y correr para no fatigar mucho mi rodilla, cosa que mantengo al día de hoy, y parece que se va viendo algo de mejoría y resultados.

Y en base a ello, como este Jueves por la tarde podía reunirme con mis compañeros de fatigas, me plante en el punto de reunión sin más fín que recordar viejos tiempos y no quedarme mucho tiempo descolgado.

Poco a poco van apareciendo caras hambrientas de kilómetros, Lolo Champion, que solo le vemos a la Salida y a la llegada es quien dirige la escapada, que se erige en la subida al Castillo.

En principio, Portillo y Alberto son quienes me acompañan, hasta casi la cima de la Circunvalación, donde Alberto decide buscar otra compañía más adelantada y me quedo con Portillo, que también me deja en la Subida al Castillo, aunque no mucho, ambos se despegan, me dejan y me abandonan… Miro detrás de mí pero no veo a nadie, así que a tirar como siempre, a “mi ritmo” y que sea lo que Dios quiera…

Portillo no termina de retirarse, y ya en la cima, nos esperan “Unos cuantos más” aunque no he forzado en exceso en la subida, no podía mucho más, así que guardo algo de fuerzas para la bajada, en la que estaba seguro que esos leones hambrientos apretarían aún más.

Prueba de ello, es que Indalecio empieza con Julián a tirar, me pego un poco a ellos, pero ni bajando les aguanto, de manera que les dejo, o mejor dicho, me dejan ellos, y acto seguido, ¿Quién sino? Alberto , unido a Chavero, que se me unen con cierta sonrisa irónica, (Ya imagino que me guardan algo para después) y así es, Chavero no tarda en ponerse delante, y tira con ganas, por un momento me digo “hasta que aguante”, pero no quiero pasarle, prefiero respirar un poco más y dejarle el honor, pero ya casi al final de la Circunvalación, la segunda presa “Alberto” da un tirón “de cojones” y me saca rápidamente 5 ó 10 metros, pero me digo lo mismo, hasta que aguante, y aprieto yo también, pero tampoco le paso, simplemente le pego, solamente para hacerme ver, a lo que el Guepardo cede en su empeño y decide aceptar nuevamente la compañía de quien les escribe, ya bajando hacia la Avda. Andalucía, le comento la posibilidad de esperar a Chavero, que entre tirones se había quedado, pero aparece Saltamontes (entre tantos animales no hay quien corra en condiciones) y nos recrimina nuestro paso, ya nos pegamos a él, pero no solo el sino Lorenzito también nos pasa, Alberto vuelve a apretar, yo, empiezo a zigzaguear entre las columnas para que no me siga el paso, y ya si que voy a tope, ya en el tramo final, aprieto a no poder más con intención de pegarme a los elementos citados, pero van en sexta, y mi coche solo tiene cuatro velocidades, como el Ford Fiesta de Palomo, así que llego detrás de ellos, Alberto dice y redice “Andrés ha vuelto, ha vuelto”.  Pero ciertamente no, aún me queda mucho camino y rodilla por recuperar…

En resumen, hacía varias meses que no estaba los Jueves en las Fuentezuelas y me he dado cuenta que se han reunido una pandilla de mucho cuidado,  de los que dicen, si puedes sígueme, si puedes, pásame, pero si no puedes quédate, eso sí, como me pases, “Hachazo” al canto. Eso sí no es de menos mencionar nuestra ya típica cerveza en el Olimpo, en el que se habla de todo un poco y de nada en concreto, con el único fin de relajarnos un poco y seguir compartiendo buenos momentos, porque a pesar de todo, somos Cronos, y eso ya es mucho…

Andrés, del Cronos es…