El sábado por la noche estuvimos en Manzaneda, pero como la prueba no fue todo lo bien que quisimos, decidí complementarlo con una tirada "de castigo", de forma que aparecí el Domingo, sin apenas digerir los 5000 de Manzaneda y sus posteriores cervezitas (Me acosté cerca de las 2 de la mañana).
Me encontraba sobre la 8,45 en la Piscina de las Fuentezuelas, que es donde solemos quedar, en principio no había nadie, llegué con mi coche, y empezé a prepararme, iba a salir aunque fuese solo, viendo que no aparecía nadie, me hize con mi MP3 por si nos quedábamos solos mi sombra y yo, y cuando ya tenía los auriculares puestos, apareció Pedro, enérgico y activo, como en él es habitual, me saluda con su efusividad característica y sigue calentando, no para, denota claramente que tiene ganas de correr. Acto seguido le pregunto que hacia donde vamos a correr, me dice que le da igual, hablamos de la Vía Verde (le digo que hace mucha calor para ir por esos lares), le digo la Circunvalación ( y me dice que eso ya está mu visto) y cuando la incertidumbre se adueñaba de nosotros le propongo el Castillo (Me estoy volviendo un poco loco) a lo cual me responde con una afirmación de jirafa y no tenemos más que comenzar a tirar.
En el mejor de los casos, me imaginaba reventado al volver (no fue así) porque Manzaneda, las cervezitas y dormir poco no son buenos aliados para tan atractivo entrenamiento, pero allí ibamos, en principio Pedro tiraba, yo pegado a él, y charlando de Manzaneda, su estado de ánimo, nuestros medallistas u cualquier cosa agradable que se precie pasar por nuestras delicadas neuronas, incluso empezando a subir el Castillo (ya sabeís la cuestecilla que hay) no paraba Pedro de hablarme, cosa que me ayudó algo más que mucho a subir con ligera sutileza, con esfuerzo, pero sin sufrir en exceso, y además, nos encontramos hasta 3 ardillas, que alegre y vivazmente alegraban nuestros devenires por las cuestas del Castillo, ya en la última cuesta, Pedro parece quedarse ligeramente, Pero solo un leve gesto de ¡Vamos Pedro ya queda poco! sirve para que arremeta de nuevo, se ponga delante mía y termine entrando en el Parador por delante, de forma que llegamos a la Cruz, le damos un par de vueltas y después de andar unos vente pasos nos animamos a emprender nuestro descenso ya más relajados... Bajamos por el camino de tierra, Pedro aviva el ritmo en la parte más pronunciada (cosa que me daba un poco de miedo, pues un resbalo le hace llegar al Hospital, pero rodando) y ya una vez en el Cruce de la Carretera de Córdoba, Pedro hace por despedirse con la animosidad de siempre y agradecido por mi compañía.
Ciertamente, si no hubiese sido por él no habría subido al Castillo ni loco, pero su valentía, su charla y un poco de mi atrevimiento me hicieron cumplir con mi Plan de entrenamiento para esta semana se me antoja ha sido un poco exigente, prueba de ello será la semana próxima que dirá como me encuentro.
A ver si esta semana puedo seguir progresando, aunque se levemente...
Bueno Ya tan solo me queda despedirme de tod@s Vds, Probablemente hasta la cita del jueves y animarles a seguir entrenando...
No fallen el Jueves, por favor... (Por si fallo Yo)
Que calladito te tenías lo del blog bribón.
ResponderEliminarSi no llega a ser por el enlace de Alcorca ni me entero.
Eres mi ídolo, después de ese bajón de ánimos después de la maratón (es completamente normal) y esa operación... Eres como el Ave Fénix, has resurgido con más fuerza.
Me alegro un montón de que estés dando guerra y que nos contagies a todos los que te rodeamos de tu buen humor.
Enlazaré tu blog en el mío (aunque creo que voy a cambiar la dirección) para estar al tanto de tus crónicas.
Un abrazo campeón.
Pero Bueno, Andres, !Otro Blog¡
ResponderEliminarEntre el Blog de Nono, el de Alcorca y el tuyo tenemos entretenimiento para rato, esta muy bien lo que haceis, pues conseguis arrancarle una sonrisa a cualquiera, ánimo y a seguir todos escribiendo, al menos una vez por semana.Os estare vigilando